sábado, 2 de mayo de 2020

2 de mayo de 2020. Primera salida al monte tras los días raros


Si hace unos meses nos hubieran contado que nuestra vida iba a cambiar, no nos lo habríamos creído. Pero a la media noche del domingo 15 de marzo, comenzó el estado de alarma y con él llegó el confinamiento. Una de las medidas de emergencia para reducir el contagio del coronavirus.
Casi de la noche a la mañana nos vimos encerrados en nuestras casas pudiendo salir para comprar alimentos, medicinas, acudir al puesto de trabajo o atender emergencias. Poco después, nos quedamos en casa sin acudir al trabajo, al que solo acudieron los servicios esenciales.
En las pequeñas poblaciones del Pirineo se organizó todo un entramado de voluntariado para ayudar a las personas más vulnerables como familias en cuarentena, vecinas y vecinos de edad, en tareas sencillas como hacer compra, tirar basura, desinfectar, elaborar mascarillas. Todo un placer ayudar a quien lo necesita.
Además de un nuevo virus, el covid 19, nos han acompañado nuevos conceptos y experiencias como pandemia, pico de la curva, teletrabajo, ertes, ansiedad…
A partir del domingo 26 de abril, los menores de 14 años pudieron salir una hora al día para pasear, jugar y hacer ejercicio, en la franja horaria de las 9:00 a las 21:00, siempre acompañados por un adulto con el que convivieran.
La salida de los menores marcó el comienzo de la llamada fase de desescalada que nos llevará a "la nueva normalidad". Hoy 2 de mayo de 2020 en las poblaciones de menos de 5.000 habitantes hemos podido salir a practicar deporte, sin restricciones de franjas de horarios y sin límite de tiempo.
Un soplo de aire fresco  en esta locura que nadie sabe cómo ni cuándo va a terminar.

Y mientras estábamos en nuestro encierro, el ciclo natural ha seguido su ritmo. Hemos visto desde nuestras ventanas y balcones brillar el sol, nevar, llover, llover, y volver a llover. Y al salir, nos ha saludado una primavera desbordante, con sonidos envolventes de pájaros y barrancos. Olores a flores, setas, colores brillantes…

Os muestro unas instantáneas de la primera salida y espero que disfrutéis tanto como yo lo he hecho, saboreando el presente. Aquí y ahora. 








“Y de pronto la vida te detiene, te sienta, porque quiere hablar contigo  y no le has hecho caso. Y te habla… Te recuerda cosas que tal vez habías olvidado. Y te abraza… y en ese abrazo te recuerda que tan solo has venido a vivir. No a luchar, no a salvar, no a saldar ninguna deuda. Solo,  a vivir”.